La casa por la ventana

Se dice que la familia es un eje primordial de la sociedad: es quien te cuida, enseña y apoya tus sueños. Hay familias que se empiezan de cero, hay familias que unx decide quién es parte, hay familias disfuncionalmente funcionales e incluso hay familias que se rompen y recrean con otros miembros. Y luego está la familia de La casa por la ventana que es parte del Ciclo Historia de Motel para Dramaturgias de Paso (aprovechen a ir, se acaba este mismo domingo 8 de mayo).

Empecemos con un poco de la historia: Balam es el elegido de la familia para irse “al otro lado” para hacer mucho dinero y poder reparar el motel (ese que no es de horas, es un hotel de paso como los de las películas americanas). Pero él es un “anexado” con su hermana Itzel, ambos huérfanos hasta que Don Alfonso, el dueño del hotel, los adoptó pero él tiene dos hijas, Arena y Sol, y un hijo, al que le dicen Buitre (¡Shh! ¡No le digan así!). Aunque ya de eso, fue hace mucho. Ahora Arena y Sol se encargan del motel, Itzel les ayuda (a pesar de recibir caras) y Don Alfonso ahora vive en uno de los cuartos con su guitarra, esperando la hora de su telenovela, existiendo en la niebla de su memoria. Pero como diría la sinopsis de la obra “Hoy Balam se va y debemos estar contentos”.

 

El elenco (hasta parece que ellxs fueron hechos para los papeles) hace un gran trabajo en reflejar los aspectos generales de la historia y los problemas, las voces, las expresiones y los movimientos mínimos de cada personaje (tuve el placer de entrevistarlxs y al dramaturgo y director Gonzalo Villanueva) y la diferencia de los personajes y el elenco es el día y la noche. Eso es lo mágico del teatro.

En dichas entrevistas, pedimos que nos dijeran, en tres palabras, de qué trataba la obra. Todos concordaron en las primeras dos: familia y Decadencia (así, en mayúsculas). La tercera palabra se disipó más entre el rol que tenía cada uno.

Y debí decir que parte de la magia es la espontaneidad de una puesta en escena a otra, en mi caso, la guitarra se cayó accidentalmente, y ver que los actorxs siguieron en personaje fue genial y evidente, era como Balam debía reaccionar, o Sol. Parte de su rol.

La obra parece tener un argumento reconocido y usado hasta más no poder: la búsqueda de algo mejor, en otro lugar. Pero no suelen retratar a las personas que dejan atrás, a las esperanzas que tienen unxs o el pensamiento realista que tienen otrxs. El enojo, la pérdida, el egoísmo, la necesidad (¿De quién? Depende a cual personaje le preguntes). Su tema cala un poco más a aquellos que buscan algo mejor, lejos de la familia.

Y por si fuera poco lo que transmite la obra, todas esas emociones que, como espectador, puede relacionarse, termina con (lo que podría decirse) un performance o un souvenir. El propio dramaturgo te da una piedra (así como Itzel  le dio una a su hermano Balam) que dice una frase de sumo peso para la trama: “Para que el corazón no se te escape volando”. Muchas obras pueden dejarte algo en qué pensar en días siguientes pero esta piedra ha estado en mi buró diciéndome eso cada noche. Así sé que a donde vaya (física, emocional o mentalmente) hay que traer el corazón bien cerquita.

 

Por Gabriela Páez

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1 Comment

  • Rich
    Posted 25 de julio de 2022 12:53 PM 0Likes

    Hola, las quiero mucho. Saludos x)

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