La orilla del mar en un rinconcito de la ciudad

En un rinconcito de la CDMX a un costado del bosque de Chapultepec, se encuentra el Foro Shakespeare, un pequeño teatro con varias salas. Es precisamente en el Espacio Urgente 2 que se está presentando esta joyita de obra. 

A la orilla del mar, perteneciente al Ciclo BRUJAS, nos muestra un pedacito de la vida de LaraSonia y Martha. Tres mujeres de tres generaciones consecutivas dentro de la misma familia. 

Lara sueña con ser buzo profesional al igual que su abuela, quien debido a su edad debe usar oxígeno en todo momento —como cualquier otro buzo profesional que ha llegado a cierta edad—. Martha, la abuela, busca recuperar su libertad y escapar del control de su hija, Sonia, y encuentra la forma perfecta de hacerlo escapando a un mundo de fantasía marítima con Lara. Por su parte, lo que más quiere Sonia es mantener a salvo tanto a su hija como a su madre.

Por medio de las mentiras más bonitas se nos sumerge en el mar junto con Lara y Martha. Se nos invita a apartar la vista de la realidad para perdernos en la enemistad entre Martha y Agatha, la ballena, y las divertidas discusiones que tienen con Tipi, el pulpo.

 

La historia nos permite entrever los complicados pero fuertes lazos entre abuela, madre y nieta. Tres corazones que, igual que en los pulpos, laten como uno. 

Es una obra agridulce que te tiene lagrimeando y unos segundos después te hace soltar una carcajada. Es el tipo de obra que al mostrarte de forma sencilla las cosas más complejas de la vida, como lo es aceptar la inevitabilidad de la muerte o tener que despedirte de un ser querido, te recuerda que son los pequeños detalles lo que hacen que este viaje valga la pena. 

Si bien puede dirigirse a un público infantil, esta obra hace que a cualquier edad te sientas identificado y puedas reconectar con tu niño interior, no sólo por la historia, sino que el mismo espacio en el que se presenta se presta para crear de forma fidedigna ese mundo íntimo de fantasía que sólo puede surgir de boca de unx niñx en medio de una sala una tarde cualquiera. 

 

Por Galilea Silva

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